Método Kaufman

El Método Kaufman, también conocido como el Programa Son-Rise, es un enfoque terapéutico alternativo desarrollado por Barry Neil Kaufman y Samahria Lyte Kaufman en la década de 1970 para ayudar a su hijo Raun, quien fue diagnosticado con autismo severo. El Programa Son-Rise es un tratamiento para el autismo y un enfoque educativo desarrollado por Barry y Samahria Kaufman en la década de 1970 para su hijo Raun, quien fue diagnosticado con autismo severo. El programa se basa en los principios de amor incondicional, aceptación y una metodología centrada en el niño. Se enfoca en construir relaciones y habilidades de comunicación a través del juego y la interacción social. El programa pone énfasis en seguir el liderazgo del niño, unirse a sus actividades y utilizar sus intereses como base para el aprendizaje y la interacción. 

El programa aboga por crear un espacio libre de distracciones y seguro (llamado "sala de juegos") donde el niño se sienta cómodo y comprometido. Se alienta a los practicantes y padres a aceptar y abrazar los comportamientos y características del niño sin juicio. 

Cuando un niño realiza comportamientos repetitivos o autoestimulantes (stimming), se les anima a los cuidadores a unirse a estas actividades. Este enfoque tiene como objetivo construir una relación de confianza y empatía. Las actividades e interacciones están diseñadas para ser altamente motivadoras para el niño, utilizando sus intereses para fomentar la comunicación y el compromiso social. 

El programa valora la flexibilidad y la espontaneidad en las respuestas a las acciones del niño, promoviendo una interacción natural y placentera. Los padres son vistos como los principales facilitadores del desarrollo de su hijo y participan activamente en la implementación del programa. 

El Programa Son-Rise no ha sido estudiado de manera rigurosa como otros tratamientos para el autismo, y existe evidencia empírica limitada que respalda su eficacia. El programa requiere un tiempo y esfuerzo significativos por parte de los padres y cuidadores, lo cual puede no ser factible para todas las familias. Algunos profesionales argumentan que las técnicas del programa, como unirse a los comportamientos repetitivos, no están alineadas con las prácticas basadas en evidencia que buscan reducir estos comportamientos.