Manipulación osteopática

La manipulación osteopática se basa en el principio osteopático de que la estructura y la función del cuerpo están interconectadas y que un enfoque holístico puede favorecer la salud general. En el contexto del autismo, los profesionales de la osteopatía buscan mejorar la alineación estructural y la función corporal, lo que, en teoría, podría ayudar con el procesamiento sensorial, la conducta y el bienestar general.

Dado que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo, esta intervención puede centrarse en el sistema nervioso, incluyendo técnicas craneales (terapia craneosacral) que se dirigen a los huesos y membranas de la cabeza para influir potencialmente en el flujo del líquido cefalorraquídeo y en la función del sistema nervioso.

La terapia craneosacral (TCS) es una forma de terapia alternativa que implica la manipulación suave del cráneo, la columna vertebral y el sacro. Los profesionales creen que, al manipular estas áreas, se puede favorecer el flujo del líquido cefalorraquídeo y mejorar la salud en general.

La TCS se emplea para diversas condiciones, incluido el autismo, aunque su eficacia es altamente controvertida y no está respaldada por evidencia científica sólida. Muchos profesionales y organizaciones médicas, como la Academia Americana de Pediatría y el Instituto Nacional de la Salud (NIH), no recomiendan la TCS debido a la falta de respaldo científico.

Existe poca o ninguna evidencia de que la terapia craneosacral sea beneficiosa para los niños con autismo. Además, el coste de la osteopatía craneal o de la terapia craneosacral es elevado.