Autherapies | Evidence-based therapies

Ácidos grasos omega-3

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Los ácidos grasos omega-3 suelen promocionarse por sus posibles beneficios en el desarrollo cerebral y la función cognitiva, lo que los convierte en un foco de interés para los padres que buscan tratamientos para el autismo. Sin embargo, las pruebas científicas que respaldan el uso de suplementos de omega-3 para el autismo son contradictorias, por lo que las familias deben ser cautelosas a la hora de considerar esta intervención. Muchas familias recurren a los suplementos de omega-3, en particular al aceite de pescado, como posible terapia para controlar los síntomas del autismo. Se cree que estas grasas favorecen la función cerebral, reducen la inflamación y mejoran el comportamiento. Aunque algunos estudios pequeños han mostrado mejoras leves en la hiperactividad, las habilidades sociales y la comunicación con la administración de suplementos de omega-3, los estudios más amplios y rigurosos no suelen replicar estos resultados. No existe un consenso sólido sobre si los omega-3 influyen significativamente en los síntomas básicos del autismo. Las revisiones de múltiples estudios concluyen que, aunque los omega-3 podrían ayudar con ciertos comportamientos, el tamaño general de los efectos es modesto y se necesita más investigación para confirmar cualquier beneficio claro. En general, los suplementos de omega-3 se consideran seguros, pero dosis elevadas pueden causar problemas gastrointestinales como náuseas o diarrea. Además, los suplementos de aceite de pescado pueden tener un regusto a pescado y provocar mal aliento. Los suplementos de aceite de pescado de procedencia deficiente pueden estar contaminados con metales pesados como el mercurio, aunque las marcas reputadas suelen ofrecer productos purificados. Las dosis elevadas de omega-3 pueden interferir en la coagulación de la sangre, sobre todo si el niño toma medicamentos anticoagulantes o padece algún trastorno hemorrágico. Los omega-3 pueden obtenerse de forma natural a través de una dieta sana rica en alimentos como el pescado (salmón, caballa, sardinas), las semillas de lino, las semillas de chía y las nueces. Para la mayoría de los niños, una dieta bien equilibrada proporcionará suficientes omega-3 sin necesidad de suplementos. Antes de empezar a tomar cualquier suplemento, incluidos los omega-3, es esencial consultar con un profesional sanitario. 

Referencias

A randomized, placebo controlled trial of omega-3 fatty acids in the treatment of young children with autism

Enlaces

https://molecularautism.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13229-015-0010-7


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